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En Adviento deseamos que llegue la alegría y la paz prometida con el nacimiento de Jesús, nuestro Salvador. Los deseos ponen en marcha una actitud de esperanza.

-Claudia Morales Cueto

El Adviento es un tiempo de deseos y un tiempo de esperanza. Deseamos que llegue la Navidad, experimentar la cercanía de Dios. Deseamos reunirnos en familia, disfrutar de la paz y de la alegría. Es un tiempo también de esperanza y confianza en que unidos a Jesús toda nuestra experiencia de vida cobra sentido y trascendencia.

Mira el video de la clase en este enlace.

 

Santa Teresa es una mujer de deseos

Uno de los encantos de leer a santa Teresa es descubrir la forma tan auténtica como se describe. En el libro de la Vida, ella nos narra que siempre fue una mujer con grandes deseos y nos muestra también sus contradicciones:

Aunque en esto de deseos siempre los tuve grandes, mas procuraba esto que he dicho: tener oración, mas vivir a mi placer. Creo que si hubiera quien me sacara a volar, más me hubiera puesto en que estos deseos fueran con obra creo es harta causa para que los que comienzan no vayan más presto a gran perfección. Porque el Señor nunca falta ni queda por Él; nosotros somos los faltos y miserables.

V13,6

 

Al inicio de su itinerario espiritual, se siente dividida entre sus deseos de tener una vida más unida a Dios, pero no se determina, es decir, no toma una decisión firme y comprometida. Lamenta no haber tenido quien la orientara; esa es una de sus grandes motivaciones para comunicar sus experiencias, y afirma que la falta no es del Señor, quien está buscándonos siempre.

La confianza nace del amor creciente

Después de muchos años de desear profundizar en la oración y perseverar, santa Teresa descubre que puede hacerlo con más fidelidad si considera la oración como un trato de amistad, no una obligación. Al ser una persona de naturaleza sociable, sabe que los amigos se pierden si los descuidamos. Mirar a Dios como amigo la hace procurar momentos de soledad con Él y su experiencia de amor creciente la enseña a confiar en Él.

No se fatiguen, esperen en el Señor, que lo que ahora tienen en deseos, su Majestad hará que lleguen a tenerlo por obra.

V31,18

Solo por medio de la esperanza confiada es que Teresa de Ahumada se transforma en Teresa de Jesús, una mujer completamente entregada al plan de Dios. Sus cualidades humanas florecen y gracias a su entrega a vivir de acuerdo al plan de amor de Dios, mejora y lleva a la plenitud también la vida de otras personas, no solo de su época, sino hasta nuestros días, hasta nuestra vida.

El Adviento es un tiempo de deseos

El Adviento es un tiempo de preparación para la Navidad; deseamos su llegada. Nuestros deseos pueden ser de varios tipos:

  • Deseos de satisfacción, que son deseos materiales y se satisfacen con el objeto del deseo, como el deseo de agua cuando uno tiene sed; el deseo de un suéter cuando tenemos frío. La cercanía de la Navidad despierta deseos de platillos, reuniones, regalos y decoraciones especiales.
  • Deseos de vocación, que expresan el deseo de hacer lo que nos gusta y en lo que somos buenos, como una forma de trabajo y, también, como una manera de tener un impacto positivo en el mundo.
  • Deseos de Dios, nuestros deseos más sagrados, que tienen que ver con el sentido de nuestra vida y nuestra capacidad de amar y ser amados.

¿Cuáles son tus deseos más profundos? Esos son los deseos que no debes acallar, sino escuchar y platicarlos con Dios. Probablemente tienen que ver con los temas que hemos visto en las sesiones anteriores:

Conviene mucho no apocar los deseos… que si los santos nunca se determinan a desearlo… no subieran a tan alto estado.

V13,2

Los deseos activan la esperanza

Desear es imaginar un mejor futuro, y eso pone en marcha la virtud de la esperanza. De acuerdo con el profesor Rick Snyder, un psicólogo que ha estudiado este tema con profundidad, como fortaleza de carácter la esperanza nos hace imaginar rutas para alcanzar lo que deseamos y contactar con nuestro sentido de agencia, es decir, con el sabernos capaces de hacer algo para mejorar nuestro futuro.

Como virtud teologal, la esperanza nos lleva a anhelar «el Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo» (Catecismo de la Iglesia Católica, 1817).

Estas definiciones no se contradicen, sino que se complementan. Ya lo dice el conocido refrán: «A Dios rogando y con el mazo dando». Como fundadora, santa Teresa tenía toda su confianza en Dios y, al mismo tiempo, miraba las diferentes formas en las que podía concretar cada fundación, considerando si el lugar era adecuado, si tendría que ser una fundación de limosna o de renta, o cuál sería el momento más apropiado para establecer el convento.

Escucha tus deseos y haz tu poco

Humildad

Quiere Su Majestad y es amigo de ánimas animosas… Espántame lo mucho que hace en este camino animarse a grandes cosas.

V13, 2

Dios ha puesto en tu alma deseos de amistad con él, deseos de ser santo. Y como dice sabiamente santa Teresa del Niño Jesús, Dios no pone en nuestra alma deseos imposibles. San Juan de la Cruz también nos enseña que si tienes deseos de Dios, es porque Dios te ha buscado primero:

Si el alma busca a Dios, mucho más la busca su Amado a ella.

-San Juan de la Cruz (Ll 3, 28)

Tú eres único y tus deseos son únicos. El legado que puedes dejar en el mundo, es único, como tu huella digital es única. Tu forma de expresar el amor, la forma en la que estás llamado a ser santo es también única. No hay nadie que pueda hacer lo que estás llamado a hacer.

Lleva tus deseos a la oración

  • Escucha lo que nace en tu corazón.
  • Platícalo con Dios.
  • Confía en Él.
  • Haz vida su voluntad en ti.

Como explica el Padre Ciro García, ocd, tus deseos más profundos son vida:

Los maestros de la vida espiritual han señalado la dinámica del deseo, como puerta de acceso a la experiencia mística. Naturalmente es el deseo transfigurado por amor, convertido en total donación de sí, hecho a la medida de la voluntad del amado.

– P. Ciro García

No acalles tus deseos de Dios. Desde las altas cumbres de la mística, en la séptima morada, santa Teresa nos anima a hacer nuestro poco, con entusiasmo y amor, pues

…el Señor no mira tanto la grandeza de las obras sino el amor con que se hacen; y como hagamos lo que pudiéremos, hará su Majestad que vayamos pudiendo cada día más y más.

7M4, 15

En el camino hacia la Navidad y en el peregrinar de la vida, los deseos nos ponen en marcha, activan nuestra esperanza y nos hacen caminar presurosos hacia Quien sabemos nos ama.

Referencias

Álvarez, T.  (2004). Santa Teresa de Jesús, obras completas. Burgos: Monte Carmelo.

García, C. (2014). Santa Teresa de Jesús. Nuevas claves de lectura. 2ª ed. Burgos. Monte Carmelo.

Pacho, E. (Dir.) (2000). Diccionario de san Juan de la Cruz. Burgos: Monte Carmelo

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