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A pesar de que nunca pudo tener acceso a una Biblia impresa, santa Teresa de Jesús es una gran conocedora de la Palabra de Dios, que mueve y transforma corazones.

Claudia Morales Cueto

Quizá no te has dado cuenta de lo afortunado que eres. Siempre has podido tener al alcance de tu mano una Biblia y eso se te hace de lo más normal. Pero, ¿sabías que santa Teresa nunca pudo tener una Biblia en sus manos? En el siglo XVI sólo se publicaba en latín; de hecho la primera traducción completa al español fue la Biblia de Ferrara y se terminó hasta 1553. La Inquisición la puso en la lista de libros prohibidos, para que no cayera en manos de gente “simple y sin letras”.

A pesar de estas restricciones, santa Teresa se muestra en sus obras como una gran conocedora de la Escritura. Sus fuentes eran secundarias, es decir, obras que citaban a la Biblia, como el Flos Sanctorum o la liturgia de las horas. En sus libros tiene más de 600 citas bíblicas[1], y muestra que para ella la Biblia es la Palabra viva de Dios, una palabra estimulante, que también pide una respuesta.

Una palabra que mueve y transforma corazones

La lectura que santa Teresa hace de la Biblia es vivencial, es decir, se identifica con las actitudes de los personajes de la Escritura y aplica a su vida lo que ellos aprendieron para seguir mejor a Dios. Te invitamos a vivir esta experiencia. Debido a que septiembre es el Mes de la Biblia, en este periodo publicaré cuáles son algunos de los personajes bíblicos que inspiran a nuestra Santa. Comenzaré con uno del Antiguo Testamento.

El rey David

Santa Teresa sentía profunda admiración y devoción por este rey de Israel y salmista, pues se identifica con él en varias situaciones: por ser amado y elegido por Dios, pero a pesar de ello caer en el pecado y después vivir con gran intensidad el arrepentimiento y la experiencia del perdón de Dios. Nuestra Santa, como las personas de su tiempo, consideraba que él fue el único autor de los salmos. Ella se identifica con varios de los sentimientos expresados en estos poemas, como la admiración por la creación, la experiencia de ensanchamiento del corazón, la sed de Dios o el dolor por su ausencia. El santo rey David, como santa Teresa, tiene innumerables expresiones de alabanza al Creador y no tiene pena de cantar, bailar y tocar música para expresarlo.

Rey David

De este glorioso rey soy muy devota y querría que todos lo fuesen, en especial los que somos pecadores. (V16,3)

Actitud clave:

Gran gozo de saberse gratuitamente amado por Dios. Conciencia de pecado y arrepentimiento. Alegría de saberse perdonado.

Para saber más:

Puedes conocer mejor a David si lees el primer libro de Samuel, a partir del capítulo 16, y el segundo libro de Samuel, que habla sobre su reinado.

Septiembre es el mes de la Biblia, te invito a celebrarlo leyéndo y meditándo la Palabra de Dios.

 

 

[1] Álvarez,T. (dir).  Diccionario de Santa Teresa. Editorial Monte Carmelo. Burgos, 2006.

Las ilustraciones que acompañan este blog fueron realizadas por Mariana del Castillo y se publicaron originalmente en el Calendario STJ 2008, Santa Teresa y la Biblia, publicado por el Proyecto JAS.

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