La importancia del legado del P. Tomás Álvarez para quienes leemos a santa Teresa en el s. XXI
Por: Claudia Morales Cueto
Oigo algunas veces de los principios de las órdenes decir que, como eran los cimientos, hacía el Señor mayores mercedes a aquellos santos nuestros pasados. Y es así. Mas siempre habíamos de mirar que son cimientos de los que están por venir.
Santa Teresa de Jesús (F4,6)
El pasado 27 de julio falleció Fr. Tomás de la Cruz (Álvarez), el estudioso más importante de los manuscritos teresianos en el siglo XX. Tenía 95 años. Gracias a los mensajes instantáneos que hacen el mundo más pequeño, supe de su entrada al cielo el mismo día que ocurrió, aunque esté en México y él hubiera estado hospitalizado en Burgos, España-Aunque su muerte me entristeció, la emoción que ocupó un espacio más grande en mi corazón fue la gratitud por su legado. Como gran amigo de la Santa, fue incansable en aprender de ella y ayudarnos a comprender sus enseñanzas sobre la oración, la amistad, la vida comunitaria… A miles de kilómetros de distancia y muchos años antes de que tuviera el privilegio de conocerlo, fue mi maestro por medio de sus libros.
Los libros acortan distancias
Yo estudié en el Instituto Cultural, en la Ciudad de México, un colegio de las hermanas de la Compañía de Santa Teresa de Jesús. Nos hablaban de la Santa, y alguna vez acerca de sus textos y poesías, pero realmente la oportunidad de profundizar en sus enseñanzas la tuve muchos años después, en 2001, en un grupo de lectura que se llevaba a cabo por las noches en el colegio, acompañados por la Hna. Ana María Cámara. Después de Las Moradas, leímos Camino de Perfeccióny las Fundaciones. Fue en esos años que por primera vez entré en contacto con el trabajo del P. Tomás Álvarez, pues leíamos los escritos de santa Teresa en las ediciones preparadas por él para la Editorial Monte Carmelo, que están enriquecidas con numerosos comentarios que permiten entender mejor la forma de hablar de Teresa, así como el contexto y los momentos en el tiempo en que ocurren los hechos que ella narra.
En esa época, un día buscando en la librería algo más sobre Teresa, me salió al encuentro el Diccionario de Santa Teresa de Jesús, dirigido por el P. Tomás. Así como de santa Teresa me fui haciendo amiga por medio de sus libros, del P. Tomás me convertí en alumna consultando en el diccionario que él dirigió. Esta obra contiene incontables artículos sobre diferentes temas que nos permiten conocer a la Santa de Ávila, escritos por 28 especialistas en el tema, incluyendo el P. Tomás. Cuando comencé a profundizar en la lectura y conocimiento de santa Teresa buscaba respuesta a mis dudas en esta obra, tanto de su biografía, como de sus escritos, sus enseñanzas de la oración, cómo fue su familia, quiénes son los amigos y las amigas con los que se aventuró en la reforma del Carmelo…
Después, cuando comencé a acompañar grupos de lectura teresiana, en 2007, también me siguió acompañando el P. Tomás por medio de su diccionario y de sus Estudios Teresianos, una colección de cuatro tomos en la que conjugó de manera magistral su conocimiento histórico y espiritual de Teresa de Jesús, junto con su oficio de un escritor y su cuidado como editor.
El P. Tomás, maestro de humildad o cuando le enseñé mis garabatos a Picasso
En 2010 tuve la oportunidad de participar en el I Congreso Internacional Teresiano, que se llevó a cabo en el Universidad de la Mística- CITeS en Ávila. La primera conferencia magistral, con el título El autógrafo del “Libro de la Vida”, fue impartida por el P. Tomás[1]. Han pasado ya casi ocho años y todavía recuerdo la emoción al escuchar cómo nos describió físicamente el manuscrito del libro de la Vida, que él conocía bien de cerca. Nos contó, por ejemplo, que la Santa fabricaba su propia tinta y eso hacía que se oxidara fácilmente, lo que con el paso de los siglos ha ayudado a que se caiga de algunas partes que fueron tachadas o censuradas. También nos explicó que el papel del manuscrito no es uniforme, pues el convento de San José de Ávila vivía en pobreza y santa Teresa no tenía dinero para comprar todo el papel de una sola vez, sino según lo iba necesitando. Nos narró los avatares del manuscrito hasta llegar a la actualidad. Al recordarlo, he revisado mis apuntes de esa conferencia y los compartiré en un siguiente blog.
En ese congreso tuve oportunidad de presentar Vida que transforma vidas, un libro muy sencillo que escribí junto con Fr. Enrique Castro Yurrita para apoyar a las personas que quieren iniciarse en la lectura del libro de la Vida. Me sentí halagada por el interés del P. Tomás en este esfuerzo y, a la vez, inspirada por su humildad, pues era como si yo enseñara mis garabatos con crayones a Picasso… Sin embargo, recibió el libro con agrado, me hizo comentarios interesantes y me animó para seguir adelante difundiendo la espiritualidad teresiana.
Despido al P. Tomás con gratitud y con el corazón inspirado por su ejemplo de dedicación, humildad, y amor a la Santa, quien seguramente lo recibió en las puertas del cielo. Su legado hace más fuertes los cimientos de la espiritualidad del Carmelo. Y no solamente. Cuando recibí la noticia la compartí con la hna. Gloria Rodríguez, de la Compañía de Santa Teresa de Jesús. Ella me comentó que el P. Tomás había sido fundamental para destrabar la causa de canonización del fundador de las teresianas, san Enrique de Ossó, ya que en los archivos vaticanos encontró el documento que faltaba para su proceso. Estoy segura de que muchas otras personas seguirán recibiendo los frutos de la vida bien vivida del P. Tomás y aprendiendo de su legado.
[1]Álvarez, T. El autógrafo del “Libro de la Vida”, Libro de la Vida de Santa Teresa de Jesús. Actas del I Congreso Internacional Teresiano. Sancho Fermín, F.J.; Cuartas Londoño, R. (dir.). Monte Carmelo, Universidad de la Mística- CITeS. Burgos, 2011